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domingo, 27 de noviembre de 2011

RIQUEZA

de Vivó en Vivo, el Sábado, 26 de noviembre de 2011, 8:06

Una vez, un padre de familia acaudalada llevó a su hijo a un viaje por el campo con el firme propósito de que su hijo viera cuán pobres eran las gentes del campo.

Estuvieron por espacio de un día y una noche completos en una granja de una familia campesina muy humilde.

Al concluir el viaje y de regreso a casa el padre le pregunta a su hijo:

- ¿Que te pareció el viaje?

- ¡Muy bonito papa!

- ¿Viste que tan pobre puede ser la gente?

- ¡Si!

- ¿Y que aprendiste?

- Que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cuatro.

Nosotros tenemos una piscina que llega de una barda a la mitad del jardín, ellos tienen un arroyo que no tiene fin.

Nosotros tenemos unas lámparas importadas en el patio, ellos tienen las estrellas.

Nuestro patio llega hasta la barda de la casa, el de ellos tiene todo un horizonte.

Ellos tienen tiempo para platicar y convivir en familia; tú y mamá tienen que trabajar todo el tiempo y casi nunca los veo.

Al terminar el relato, el padre se quedo mudo… y su hijo agregó:

- ¡¡¡ Gracias papá por enseñarme lo ricos que podemos llegar a ser !!!

(Anónimo)

sábado, 19 de noviembre de 2011

Humildad


Uno de los pilares de la fortaleza del ser humano, es la liberación del ego y la manifestación de la humildad. La humildad es uno de los más fuertes valores que un ser evolucionado puede llegar a mostrar.

Humildad es dejar que cada uno siga su ritmo, pero estar ahí para cuando se te necesite.

Humildad es reconocer los principios espirituales en cada corazón. Humildad es no querer convencer a nadie conforme tu actitud y visión de la vida es la mejor.

Humildad es dejar que cada uno se exprese y tú veas en ellos el camino que están siguiendo sabiendo qué necesitan para cuando puedan llegar a venir ante ti.

Es sentir la compasión y el respeto por cada uno de los que te rodean, sabiendo que su camino coincide con el tuyo y que en algún momento os encontraréis sabedores que lo que ha hecho uno en esta encarnación le ha ayudado al otro a seguir adelante.

Por eso, sin ruido ni vanidad, cada uno ha hecho en silencio lo mejor para sí mismo, sabiendo que también era lo mejor para uno mismo. Humildad significa darte cuenta que nada te pertenece y que a la vez, todo te es dado Aquí y Ahora. Entonces, ¿por qué preocuparnos?

Humildad es una ACTITUD ante la vida que refleja que nosotros somos parte de la Creación amorosa y que a nada debemos temer porque todo está en el lugar adecuado y se está produciendo en el momento perfecto. Sabiendo esto, ¿Porqué preocuparnos?

Humildad es reconocer tu poder interior y aceptar la vida tal como se te presenta sabiendo que cualquier supuesta adversidad que en ésta pueda presentarse, es temporal y aleccionadora. Abrir el corazón y ver la vida con sus ojos, nos permitirá darnos cuenta de que nuestra existencia no es como nos han dicho que era, sino que se encuentra en un Plan Superior, inmensamente amoroso donde cada uno puede elevar su alma al despertar su conciencia.

Humildad es la predisposición adecuada para llegar a las respuestas que tanto anhelamos. Dejando el ego a un lado nos adentraremos más rápidamente en el sendero de la sabiduría, y cuanto más nos adentremos, más nos daremos cuenta de la importancia y el poder que tiene la presencia de la humildad.

Reconocer es el primer paso para la sanación. Sanando, nos elevaremos y equilibraremos, no sólo nosotros, sino todos aquellos que nos rodean, porque todos estamos unidos a través de nuestras almas. Somos parte de un puzzle donde cada uno necesita al otro para que la grandeza de la creación sea completa.

Humildad representa reconocer tu aportación a la humanidad y al planeta, sabiendo que los demás te ayudarán, a la vez, a seguir con tu camino. Humildad es reconocer tu divinidad y aceptar a cada uno tal como es, sin imponer. Esta es la grandeza de un ser evolucionado.

Humildad es poder, no debilidad. Humildad es reconocimiento, unidad, no separación.

Humildad es integridad, mostrándote tal como eres según tu naturaleza, tu verdadera naturaleza.

La humildad es un don apreciado hoy en día por los seres humanos. Valoramos cuando lo vemos, porque inconscientemente nos recuerda que ésta es nuestra naturaleza, y que tal vez yo no la estoy mostrando como quisiera.

Humildad es una puerta de esperanza para el nuevo ser que deslumbra en la discreción haciéndonos ver la grandeza de nuestro Ser y el reconocimiento de nuestra divinidad, de nuestra naturaleza espiritual.

Con la humildad uno fluye mejor por la vida y aporta un grado mayor de felicidad y deleite ante las cosas pequeñas de nuestro día a día. Humildad es la fuerza de tu sabiduría y tu Ser.

(por Jordi Morella)

sábado, 12 de noviembre de 2011

MURIÓ LA PERSONA QUE TE BLOQUEABA

de Vivó en Vivo, el Sábado, 12 de noviembre de 2011, 7:30

Un día, cuando los empleados llegaron a trabajar, encontraron en la recepción un enorme letrero en el que estaba escrito: "Ayer falleció la persona que impedía el crecimiento de usted en esta empresa, está invitado al velorio, en el área de deportes”. Al comienzo, todos se entristecieron por la muerte de uno de sus compañeros.

Pero después comenzaron a sentir curiosidad por saber quién era el que estaba impidiendo el crecimiento de sus compañeros y la empresa. La agitación en el área deportiva era tan grande que fue necesario llamar a los de seguridad para organizar la fila en el velorio. Conforme las personas iban acercándose al ataúd, la excitación aumentaba:

¿Quién será el que estaba impidiendo mi progreso? ¡Qué bueno que el infeliz murió!! Uno a uno, los empleados agitados se aproximaban al ataúd, miraban al difunto y tragaban saliva. Se quedaban unos minutos en el más absoluto silencio, como si le hubieren tocado lo más profundo del alma.

Pues bien, en el fondo del ataúd había un espejo, cada uno se veía a sí mismo, con el siguiente letrero:"Sólo existe una persona capaz de limitar tu crecimiento: ¡TU MISMO"! Tú eres la única persona que puede hacer una revolución en tu vida.

Tú eres la única persona que puede perjudicar tu vida, y tú eres la única persona que se puede ayudar a sí mismo. Tu vida no cambia cuando cambia tu jefe, cuando tus amigos cambian, cuando tus padres cambian, cuando tu pareja cambia. Tu vida cambia, cuando tú cambias. Eres el único responsable por ella.

"Examínate... y no te dejes vencer" el mundo es como un espejo, que devuelve a cada persona, el reflejo de sus propios pensamientos. “la manera como tu encaras la vida es lo que hace la diferencia”.

Se feliz, piensa y actúa.

domingo, 6 de noviembre de 2011

OBSTÁCULOS

de Vivó en Vivo, el Sábado, 05 de noviembre de 2011, 12:01

Voy andando por un sendero, dejo que mis pies me lleven, mis ojos se posan en los árboles, en los pájaros, en las piedras. En el horizonte se recorte la silueta de una ciudad. Agudizo la mirada para distinguirla bien. Siento que la ciudad me atrae. Sin saber cómo, me doy cuenta de que en esta ciudad puedo encontrar todo lo que deseo. Todas mis metas, mis objetivos y mis logros. Mis ambiciones y mis sueños están en esta ciudad. Lo que quiero conseguir, lo que necesito, lo que más me gustaría ser, aquello a lo cual aspiro, o que intento, por lo que trabajo, lo que siempre ambicioné, aquello que sería el mayor de mis éxitos. Me imagino que todo eso está en esa ciudad, sin dudar, empiezo a caminar hacia ella. Al poco andar, el sendero se hace cuesta arriba, me canso un poco, pero no me importa, sigo y diviso una sombra negra, más adelante, en el camino. Al acercarme, veo que una enorme zanja me impide mi paso. Temo... dudo.

Me enoja que mi meta no pueda conseguirse fácilmente. De todas maneras decido saltar la zanja, retrocedo, tomo impulso y salto... Consigo pasarla, me repongo y sigo caminando. Unos metros más adelante, aparece otra zanja, vuelvo a tomar carrera y también la salto. Corro hacia la ciudad: el camino parece despejado. Me sorprende un abismo que detiene mi camino, me detengo… Imposible saltarlo veo que a un costado hay maderas, clavos y herramientas y me doy cuenta de que están ahí para construir un puente; nunca he sido hábil con mis manos... Pienso en renunciar, miro la meta que deseo... y resisto.

Empiezo a construir el puente. Pasan horas, días y meses… El puente está hecho. Emocionado, lo cruzo y al llegar al otro lado... descubro el muro. Un gigantesco muro frío y húmedo rodea la ciudad de mis sueños... Me siento abatido... Busco la manera de esquivarlo. No hay caso. Debo escalarlo. La ciudad está tan cerca... No dejaré que el muro impida mi paso.

Me propongo trepar. Descanso unos minutos y tomo aire... De pronto veo, a un costado del camino un niño que me mira como si me conociera. Me sonríe con complicidad. Me recuerda a mí mismo... cuando era niño.

Quizás por eso, me animo a expresar en voz alta mi queja: -¿Por qué tantos obstáculos entre mi objetivo y yo? El niño se encoge de hombros y me contesta: -¿Por qué me lo preguntas a mí? Los obstáculos no estaban antes de que tú llegaras... Los obstáculos los trajiste tú.

Jorge Bucay